viernes, 20 de mayo de 2011

Dimensiones de la racionalidad práctica

Se presentó el texto de Habermas, "Sobre el uso pragmático, ético y moral de la razón práctica". Lo discutido en la sesión fue lo siguiente:

1) Las tres dimensiones fueron referidas a posibles contextos de justificación de la acción. Cada dimensión surge ante la pregunta qué debo hacer o cómo debo comportarme. La dimensión pragmática surge ante la necesidad de solucionar problemas técnicos o instrumentales, donde la acción teleológica (medios a fines o medios a valores) es la que prima. Por ej. a la hora de reparar una bicicleta. La dimensión ética surge cuando la pregunta qué debo hacer remite cuesitones de identidad o vida buena. La autorreflexión y en especial la autorreflexión profunda es lo distintivo de esta dimensión. Por ej. decidir qué carrera debo seguir. Por último la dimensión moral surge cuando nuestras acciones afectan a los intereses de otros o generan conflictos que deben resolverse imparcialmente. La universalidad es el rasgo distintivo de esta dimensión. Por ej. un imperativo como "no matarás" tiene alcance universal.

2) Se evaluó la posibilidad de establecer una correlación entre estas dimensiones y las que presenta Sen en Los tontos racionales. Es dudoso que la dimensión moral se presente en Sen, si lo hace es en forma sugerida, pero nunca desarrollada.

3) La comparación con Sen condujo a realizar una diferenciación entre motivación y justificación. En el caso de Habermas su propuesta de racionalidad práctica es claramente justificatoria refiere al espacio de las razones, mientras que en el caso de Sen la motivación es lo que guía su propuesta.

4) En primera instancia motivación y justificación son dos espacios claramente diferenciados, pero su conexión surge una vez que nos preguntamos por qué debemos actuar de cierta forma. En este caso las razones se convierte en razones para la acción. Este entrelazamiento entre justificación y motivación es relevante cuando se pretende intervenir en la realidad.

5) Se consideraron las diferencias significativas que hay en la economía con estos supuestos, y se planteó que Sen podría ser una buena interfase para ampliar la racionalidad práctica supuesta en la teoría económica.

6) Esa ampliación de la racionalidad podría quedar manifiesta en algunos conceptos que dejen de manifiesto las limitaciones de una versión restringida de esta racionalidad. El concepto de razón pública puede ser un buen camino para ilustrar versiones más amplias y restringidas de racionalidad práctica.

La próxima sesión es el 7 de mayo. Andrea presentará un capítulo de Rationality and Freedom de Sen y un fragmento de la introducción del mismo libro. También deberíamos ir a dicha sesión habiendo releido "Rational Fools".

sábado, 14 de mayo de 2011

Bienes irreductiblemente sociales

1) De acuerdo a la noción de racionalidad ampliada que introdujimos y que contempla además de la racionalidad de medios a fines, una racionalidad simpatética y una racionalidad moral (Sen, Los tontos racionales), el individualismo metodológico no se presenta como una metodología que pueda contemplar todas estas dimensiones.

2) Como forma de dejar explícitas las insuficiencias del individualismo metodológico discutimos el artículo de Charles Taylor, "La irreductibilidad de los bienes sociales". El concepto de bien social irreductible a instancias individuales consiste en un trasfondo de significado que se manifiesta en la cultura y en comprensiones comunes de valor.

3) Estas comprensiones que tenemos en común son, en muchos casos, las que nos permiten identificar un comportamiento o un estado como patológico. Un caso de instrumentalización de la amistad se nos revela como patológico porque tenemos una comprensión común de lo que debería ser la amistad. Probablemente a la hora de sistematizar el estudio de patologías sociales de la razón debamos hacer explícita esta comprensión común.

4) En el caso del análisis de políticas sociales, una tarea a realizar sería establecer cómo socavan o fortalecen esas políticas los bienes sociales irreductibles.

4) Las comprensiones comunes son historicamente modificables o transformables. Como consecuencia de esto y de la dinámica de las sociedades capitalistas contemporáneas podríamos tener en cierto momento una comprensión común que hubiese distorsionado lo que una practica saludable debería ser. Por lo tanto es necesario contar con un criterio normativo que discrimine entre distintas comprensiones comunes. La idea de dignidad, en la que las personas fines en sí mismos valiosos y nunca medios para otros, podría ocupar ese lugar.

5) La discusión entre republicanismo y liberalismo, puede afectar estas comprensiones comunes, ya que la negación del liberalismo a discutir cuestiones de buena vida en la esfera púiblica culmina estimulando una comprensión común bienestarista, es decir, una búsqueda de la máximización del bienestar personal independientemente de los fines que se persiguen. Darle jerarquía a las comprensiones comunes implica que las cuestines de la vida buena, que inciden y son dependientes de tales comprensiones comunes, sean al menos discutidas públicamente.

La próxima sesión continuaremos desarrollando el alcance de la razón práctica y discutiremos el artículo de Habermas, "Sobre el uso pragmático, ético y moral de la razón práctica" y el de G. Pereira, "Autonomía, intersubjetividad y consumo".

Discusión del concepto de patología social de la razón

En la primera sesión de discusión del grupo discutimos el concepto de patología de la razón. Se presentó el texto de Honneth "Una patología social de la razón" y se evaluaron los rasgos que presenta como distintitvos.
Luego de la discusión concluimos que el mejor camino para seguir en la investigación es asumir un concepto de patología social de la razón que evite la herencia hegeliana y que también evite una fuerte referencia a la teoría de la sociedad. La razón para esto es que tales compromisos nos obligarían a abordar un trabajo teórico que nos desviaría de los objetivos del proyecto y muy especialmente porque sería dificultoso alcanzar consensos fuera de la filosofía. El acuerdo que alcanzamos en la interpretación del concepto de patología social de la razón nos llevó a sostener los siguientes puntos:

1) La razón práctica tiene diferentes tipos que se ejercen en distintos contextos. En las sociedades contemporáneas la razón instrumental, o de medios a fines, tiende a desbordar los contextos en los que naturalmente se ejerce imponiendo su lógica en espacios donde prima otra.


2) Esta dinámica de desborde o de colonización de la razón insrumental trae consigo un proceso de transvaloración que transforma medios en fines y viceversa. Este proceso de transvaloración es probable que también afecte valores vinculantes o incluso la forma de entender comportamientos virtuosos o ejemplares. Esto último demandará un estudio más específico.

3) En el caso del consumo es claro que es un medio para poder realizar nuestros fines vitales. El rasgo patológico estaría en que como consecuencia del primado de la razón instrumental el medio es transformado en fin, derivando en consumismo.